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Un monstruo en la playa Flipbook PDF
Autor: Alessandro Villa Ferrari Publicación: Agosto 2020
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Autor e ilustrador: Alessandro Villa Ferrari Edición final: Miss Dayana Alván Viruse Publicación: Agosto de 2020
—¡¡¡Yeeeeee!!! Iré con mis hermanas a una casa de playa— dijo Steven muy emocionado. Steven tenía 10 años, era muy inteligente, inquieto y quería mucho a sus hermanas pequeñas. Vivían en un departamento y durante esos días de enero del 2020 hacía mucho calor. Las hermanas de Steven eran: Rafaella, que era una niña de 6 años juguetona y alegre. Cuando Rafaella tenía 2 años y Steven 4 años, nació Brunella, que es más juguetona que Rafaella, además de chistosa. Esta última hermana tiene 5 años actualmente y curiosamente había nacido 2 días antes del cumpleaños de Steven. El hermano mayor agarró su mochila llena de Transformers, que le habían gustado desde pequeño y estaba muy feliz de poder llevarlos a la casa de playa. A Rafa y Brune les emocionó mucho ir a la playa a jugar, a descansar, a disfrutar del calor, del sol, de la arena y del mar.
Pasaron unos días, los tres hermanos iban a ir a la playa. —Ya vamos a ir a la playa!!!—dijo Rafa. Steven sacaba las ropas de baño de sus hermanas pequeñas y todos subieron al auto de papá emocionados. Unas horas después, llegaron a la casa de playa que era bonita, amplia, acogedora y agradable. —¡Ya llegamos!—dijo Brunella contenta. Steven vio que Rafa iba a un patio donde habían toboganes y columpios, agarró su mochila de Transformers para jugar con ellos en el patio de juegos. Unos minutos después, Steven y sus hermanas entraron a la casa de playa. —Vamos a explorar la casa—dijo Steven feliz. —Voy a dejar mis muñecas acá—dijo Rafa —Yo también las dejaré aquí—dijo Brune Steven se llevó a sus Transformers. Los hermanos fueron a explorar la casa, pero después encontraron que las muñecas de Rafa y Brune y las ventanas estaban arañadas, Rafa y Brune empezaron a llorar. Steven se preocupó por ellas, por lo tanto trataría de arreglar las muñecas de sus hermanas. Brune fue a su cama a llorar.
Steven vio que cerca del camino habían nueces tiradas y mordidas, agarró una de las nueces tiradas y se las mostró a sus hermanas para ver qué pensaban. —Debe ser que alguién ha estado comiendo nueces....pero quién será…—Rafa. Pero Steven no estaba convencido y pensó que había un monstruo. Los papás de Steven se quejaron y los cambiaron de casa, además era más bonita que la anterior, Steven pasó un buen día con sus hermanas. Pero seguía pensando en las muñecas atacadas por el monstruo. —No sé, creo que será una amenaza o algo pero tranquilas, ya las estoy reparando, aunque he notado algo muy raro—dijo Steven. —Los rasguños parecen garras... Debe haber sido un Monstruo!!! ¡Que miedo!— dijo Rafaella asustada. —Mejor vamos a dormir... Buenas noches hermanitas—respondió Steven un poco cansado por la hora, pero tenía muchas preocupaciones. ¿Qué pasaría si mañana los ataques volvieran? ¿Si se llevaban a sus hermanas? pero su peor preocupación era siempre la misma ¿Como las iba a defender?
En la mañana, Steven se despertó cuando oyó un ruido extraño, sus hermanas se despertaron con curiosidad. Cuando miraron afuera, vieron una sombra terrorífica que los asustó de inmediato. —¡ES EL MONSTRUO!!!!—gritó Brune. —Creo que ese monstruo fue quien arañó las cosas—dijo Steven. —¡HAY QUE DARLE SU MERECIDO!—dijo Brune muy enojada por el monstruo que arañó sus muñecas. —¡Vamos por nuestra venganza hermanos! ¡A cazar al Monstruo!—gritó Rafa molesta. Mientras sus hermanas se preparaban para pelear con el monstruo, Steven se preocupaba mucho por sus hermanitas y no quería que nada malo les pase.
Después de bajar las escaleras, los niños al fin llegaron donde se veía la terrorífica sombra. —Ya podemos darle su merecido—susurró Steven. Pero después, la sombra empezó a tirar nueces por eso una de ellas le cayó a Rafaella. —¡AAAAAUUUU!—gritó Rafaella con mucho dolor. —¡NOOOO!—gritó Steven. —Yo la vengaré hermanito no te preo...—dijo Brune pero una de las nueces le dio en la panza. —¡Chicas levántense! TOMA MONSTRUO—dijo Steven y tiró la nuez le dio al monstruo. —¿Qué… ha pasado?—dijeron Rafa y Brune debido a que la guerra de nueces les había hecho olvidar lo que pasó.
—HERMANAS! ¿Están bien?—preguntó Steven preocupado y a la vez feliz. ¿Y dónde está el monstruo? pensaron todos muy asustados. Se oyó cerca un ruido muy extraño. Cuando se acercaron despacio a ver que era tal ruido, se llevaron una gran sorpresa. ¡El monstruo era una ardilla! —¿Una ardilla bebé ?—dijo Steven. —ELLA FUE QUIEN ARAÑÓ MIS MUÑECAS DÉMOSLE SU MERECIDO!!!—dijo Brune muy molesta. —Sí!!—dijo Rafa. —¡Pero es un animal! no podemos lastimarla o si no sería maltrato animal—dijo Steven pensando que como eran pequeñas no lo iban a hacer. Y tenía razón, no podían lastimar a un pequeño animal que además era un bebé. —Pero la ardilla no tiene padres, hay que hacerle un hogar aquí—dijo Steven. —YUPIIII!!!— gritaron las niñas. Los hermanos vieron que cerca había madera y entonces empezaron a hacer una casita, Steven ponía las maderas, Rafaelita buscaba en todos los jardines si había algo que le pudiera poner a la casa y Brune……bueno, ella solo miraba como hacían la casa. —¡Ya hemos terminado!— dijo Steven. Y después de ese suceso extraño, los tres niños disfrutaron sus vacaciones y se hicieron amigos de la ardilla. FIN